Cuantas letras me quedarán por escribir... cuantas lágrimas te quedarán por llorar... cuantas miradas me quedarán por captar... cuantos silencios te quedarán por interpretar. Poco a poco me voy consumiendo con mi piano.
Cada lágrima que no he podido escribir se vuelve un silencio sin llegar a captar. Pues son tus ojos quien me hacen ver y es tu pelo quien me hace acariciar. Son las llamas que desprende la música de tu silencio quien compone las quemaduras extrañamente calladas que rodean mis letras atrincherándolas y arrinconándolas dentro del misterio musical que siento por ti. Y siento como tu violín, con el mismo color de tus ojos, me abraza mis cuerdas. Cada lágrima no es desprendida sino de amor lujurioso por las vibraciones de un trozo de madera que forma parte de ti y del aire, haciendo de puente entre mis notas y tu mirada, zigzaguean hasta llegar a mis latidos y los arrodilla ante tus imponentes alas.
Cada lágrima que no he podido escribir se vuelve un silencio sin llegar a captar. Pues son tus ojos quien me hacen ver y es tu pelo quien me hace acariciar. Son las llamas que desprende la música de tu silencio quien compone las quemaduras extrañamente calladas que rodean mis letras atrincherándolas y arrinconándolas dentro del misterio musical que siento por ti. Y siento como tu violín, con el mismo color de tus ojos, me abraza mis cuerdas. Cada lágrima no es desprendida sino de amor lujurioso por las vibraciones de un trozo de madera que forma parte de ti y del aire, haciendo de puente entre mis notas y tu mirada, zigzaguean hasta llegar a mis latidos y los arrodilla ante tus imponentes alas.
Vuelas encima de mi esperanza mientras me quemas con tus notas abrazadas a las mías, haciendo empujar cada café, cada árbol, cada desierto, cada miel con el color marrón de tus ojos y de tu sonrisa melancólica al alzar tus notas entre la infinidad perdida del amor ya consumido. El zumbar prolongado de la sangre corriendo por tus venas se atrapa por la multitud de notas que pueblan tu violín y brillan al caer encima tus lágrimas y llenarlas de la ternura más metafórica y silenciosa que explota entre la expresión profunda de las gotas que colman mi música por tu amor junto a mi piano, que ya no sabe como quererte más, ya no sabe cuantos besos será capaz de darte, ya no sabe cuantas gotas más podrá colmar.
Entre contrastes me despiertas esta enfermedad tan poco común llamada amor la cual hace que los dioses te envidien por el petrificado beso que estás tocando con el orgullo de las guerras perdidas encarceladas en todos los pensamientos. La harmonía suave me hace reconocer el dolor que suplica una sumersión dentro de tus recuerdos ya agitados por el olvido que me consume
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