Inútil i importante

Pequeños ensayos importantes e inútiles del día a día que invitan a pequeñas o grandes reflexiones. Aquí es donde después de cuidar mis ideas las entierro.

jueves, 16 de junio de 2011

Filosofía, ciencia y religión


(inspirado en “el sentimiento trágico de la vida – Unamuno”) 




Que sentido tiene la vida? Dime que motivos, causas y finalidades, tengo yo para seguir aquí respirando? Pues bien, este sentimiento frecuente en nuestro ser se produce una vez hemos solucionado el problema de la subsistencia, es decir, una persona que no puede comer cada día y sobrevivir no se preocupará mucho por el sentido de la vida. Entonces aquí entra la filosofía, la religión y la ciencia, las tres distintas y estrechamente relacionadas en cuanto a origen.

El sentimiento trágico de la vida es el motivo por el cual deseamos saciar nuestra curiosidad, la necesidad de encontrar la satisfacción del deseo de encontrar el sentido de la vida.

La ciencia tiene como objetivos saber explicar la realidad, saber explicar las causas, poder prevenir, etc. Esto es solo una excusa, realmente el origen de querer encontrar la respuesta a todas estas preguntas es encontrar las causas, el resultado, que nos han traído a nuestra existencia. Realmente lo que buscan es una finalidad, buscar las causas es la excusa de la excusa, se busca la finalidad. Que finalidad tengo yo en este mundo?

Una vez tienes solucionado el problema de la supervivencia, nace la filosofía, no la filosofía de Grecia solo, sino la de todo el mundo. Todo el mundo se preocupa por su existencia, todo el mundo tiene un deseo de estar inmortalizado. Pues bien, la filosofía es la manera más cercana a la búsqueda del sentido, ya que la ciencia no puede buscarlo. La filosofía entra en aires misteriosos, en metáforas petrificadas, en una serie de sitios que se acerca al sentido de la vida.

La última posibilidad es la religión. La religión se puede considerar filosofía depende como la veas, aun así, en general, es la rendición. La rendición a un problema que te hubiera acompañado toda la vida, ya no. Y no es una cobardía, una persona valiente se puede arrodillar perfectamente ante la religión.

En fin, sentido de la vida, lo seguiremos buscando hasta el fin de nuestra existencia, y no hay otra alternativa... simplemente hablar de sentido de la vida ya es absurdo.

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