Lloran fieles cantantes enjaulados, no tuvieron segundas oportunidades. Locura amarilla y calor rojo no acaban de entender tejidos hechos aquí y flotando por mi cabeza, están muertos? Otro entierro... Realmente, esta sangre que sale por mis manos, es la sangre de la libertad.
Una enfermedad poco común, la libertad. Se extingue día a día, noche a noche, junto con mi calor y locura, roja t amarilla, por los millares de tejidos muertos sin enterrar. Cuantos días habrán estado descomponiéndose allí? Tanto hedor que desprenden nuestras mentes, me imagino que muchos.
Ya no son peces lo que flota en nuestra cabeza, muy pocos tienen peces, tan flacos y mal cuidados estaban que solo quedan sus tejidos; tan poca libertad enfermiza cultivamos que se sienten apretados dentro de la jaula. Sin segundas oportunidades.
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