Esa pequeña satisfacción, la pequeña identificación que te producen, es un motor. Esa afirmación, ese ánimo que piden los “tienes razón” “me gusta mucho” y mucho más, es el motor de las ganas de hacer lo que sea, siempre y cuando se aguante de algún sitio, es decir, que tenga sentido.
Gracias. Exploto musicalmente en mis manos cada vez que pequeñas palabras, exquisitamente cocinadas, son saboreadas por los ojos castigados por este mundo y aliviados por las buenas letras. No es que como un dulce girasol yo espere vuestra luz, sois simplemente el agua que riega el girasol, porque por muy seco que esté yo seguiré escribiendo hasta que no vea más luz, y cuando vea la luna esperaré a que llegue el día siguiente para seguir alimentándome a mí y también a vosotros. Pues este río cada vez con más agua es el que empujáis vosotros, yo simplemente lo escribo. Pues este latido lleno de sentimiento, de razón e incluso de errores es lo que hace correr las letras por mis venas, yo simplemente las hago. Pues son tus ojos quien me hace llorar. Pues es tu pelo quien me hace acariciar. Pues es tu sonrisa quien me hace sonreír. Pues eres tú quien se merece mis gracias, pues sin tus gracias yo no podría darte las mías, aunque yo merezca más las tuyas
No hay comentarios:
Publicar un comentario