Buenos días, ya que no podéis escucharme os escribo esto. Quería disculparme en primer lugar por haceros tener que soportar mis 67 quilos, pensad que podría ser peor, y por haceros caminar tanto últimamente. Ah! Y quería disculparme por no comprarme unas bambas nuevas... voy un poco corto de dinero, sé que están destrozadas. Pero bueno, mis disculpas son lo de menos.
Cuantos suelos habréis pisado, cuantos futuros habréis cambiado con una simple pisada sobre el suelo. Cuanta crueldad habréis desprendido con las muertes pisadas con vuestro peso, todos esos insectos desprevenidos. Cuantas pelotas habréis chutado... cuantas habréis fallado. Cuantos zapatos os habréis probado. Cuantas noches, exhaustos, habréis dormido dolorosamente pero como un bebé. Cuantas cosas hemos hecho juntos... Pues bien, mi motivo para escribiros es expresar lo que sienten los caminos, vuestro fiel amigo, hace poco le envié una carta y me respondió poniendo lo siguiente:
Cuantos suelos habréis pisado, cuantos futuros habréis cambiado con una simple pisada sobre el suelo. Cuanta crueldad habréis desprendido con las muertes pisadas con vuestro peso, todos esos insectos desprevenidos. Cuantas pelotas habréis chutado... cuantas habréis fallado. Cuantos zapatos os habréis probado. Cuantas noches, exhaustos, habréis dormido dolorosamente pero como un bebé. Cuantas cosas hemos hecho juntos... Pues bien, mi motivo para escribiros es expresar lo que sienten los caminos, vuestro fiel amigo, hace poco le envié una carta y me respondió poniendo lo siguiente:
Cuando la brisilla fresca me acaricia, cuando vuestros pies me besan, cuando el sol ocaso se despide, cuando las nubes me manchan con sus rojos, el descanso y el silencio repentino reina salvo de el zumbar prolongado de la multitud de insectos que pueblan mi camino entre piedras pasto o yerba, preparadas las telas de araña para brillar por el rocío de la mañana, cuando pasa todo esto es cuando soy yo y cuando me besas tú con tus pies.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario