Cuanto más satisfacemos nuestros deseos, más los necesitamos, y si se acaban, queremos nuevos. Los satisfacemos, no tenemos elección, el ser humano los satisface de una manera u otra con la fantasía, con racionalización... son sistemas de defensa del subconsciente para no volverse loco, si retienes tus deseos te vuelves loco (literalmente). Cuanto más cumples tus deseos más evolucionan, y tú eres exactamente lo que deseas, tus deseos te han hecho ser como eres, hacen que actúes como actúes, y serán lo que serás. Pues desarrollar tus deseos es evolucionar como persona, satisfacerlos te hace buscar más objetivos, por lo tanto nuevos pensamientos.
Crear un blog es exactamente satisfacer con cada texto tus deseos. Satisfacerlos y de manera inteligente. Pues sí, no hago textos libres, todos siguen a mis deseos, lo quiera en ese momento o no. La cuestión es que por cada texto que hago se me pasan por la cabeza 2 más. Cada vez que escribo un texto y siento que mis deseos se cumplen, siento una satisfacción interna tan bella, que necesito más.
¿Qué deseos tengo, entonces? Uno de los principales, creo, es expresarme. Expresar qué siento por el mundo, expresar lo que siento por la naturaleza y por la humanidad, expresarme en todo. Pero como segundo plano, y aquí es donde entra el subconsciente condicionando mis textos y metiéndoles deseos que ni si quiera sé, entran mis deseos más profundos. Para poner un ejemplo tonto: escribo un texto sobre el mar, pues eso es que tengo ganas de ir al mar y mi subconsciente lo ha expresado sin darme cuenta. En estos textos, hay miles de deseos satisfechos, una mitad sin cumplir y la otra cumplida, pero al menos todos satisfechos. Eso es lo que hace una persona vivir: cumplir sus deseos.
En resumen, cada texto, cada deseo, cada segundo: me escribo.
¿Qué deseos tengo, entonces? Uno de los principales, creo, es expresarme. Expresar qué siento por el mundo, expresar lo que siento por la naturaleza y por la humanidad, expresarme en todo. Pero como segundo plano, y aquí es donde entra el subconsciente condicionando mis textos y metiéndoles deseos que ni si quiera sé, entran mis deseos más profundos. Para poner un ejemplo tonto: escribo un texto sobre el mar, pues eso es que tengo ganas de ir al mar y mi subconsciente lo ha expresado sin darme cuenta. En estos textos, hay miles de deseos satisfechos, una mitad sin cumplir y la otra cumplida, pero al menos todos satisfechos. Eso es lo que hace una persona vivir: cumplir sus deseos.
En resumen, cada texto, cada deseo, cada segundo: me escribo.
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