No vive nadie en el cielo, aun menos por la noche cuando la luna acecha sus presas para llenarlas de blanco hasta llorar. Mírala, mírala a ella, mira el mar, mírame a mi, pero míranos y dinos si realmente crees que alguien vive en el cielo. Pero porqué no tenemos suficiente? De día nos miramos en espejos y vemos maravillas! Que más necesitamos? Alguna cosa que hacer... pues tenemos miles de enigmas por resolver y muchos júbilos que descubrir. Y sobre la soledad... tenemos miles de hechizos por realizar sobre otros para convertir amantes en fuertes cárceles para nuestra mente.
Os preguntaréis porqué la muerte apremia en cada esquina. Egoístas! Tanto queréis a la vida que no queréis que otros la vivan, ¿tanto la deseáis que os olvidáis que sin desiertos de ceniza no hay mares de agua? Mis ojos se cerrarán con amor dentro de la sombra que tanta vida deja vivir. Tantos deseos por realizar... y tantos colores por dibujar... pues este continuo regustillo amargo y triste es el nacimiento de la vida. Vive, muere y entonces deja vivir.
Me ha encantado el último párrafo, tiene demasiado sentido.
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