La vida es puro reciclaje. Vivimos, morimos y dejamos lugar a otros; igual que un trozo de papel, se produce, se pinta encima, y cuando no sirve más se reutiliza. Nuestro propio organismo se recicla continuamente, incluso las teorías científicas. Es más, en el caso de que el universo se expanda hasta un punto que se contraiga, como si latiera, sería el universo un continuo reciclaje.
Pero a una gran parte del ser humano le importa un rábano la naturaleza, olvidándose que el forma parte de la naturaleza, y de que cada vez que tira una botella de plástico, que tardará 1000 años en biodegradarse, tarde o temprano afectará a la humanidad, y más si esto se produce diariamente a billones.
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