Inútil i importante

Pequeños ensayos importantes e inútiles del día a día que invitan a pequeñas o grandes reflexiones. Aquí es donde después de cuidar mis ideas las entierro.

viernes, 13 de mayo de 2011

Huracán



 


Huracán

Hojas otoñales guiadas por el viento acariciaban las lánguidas olas. La privacidad de la luz del sol cantaba al oír la magia de estas tardes. El mar oleaba con reflejos celestiales pintados de rojo, dejando caer gotas a la lejanía tornándose oscuras, llevándose cada gota una vuelta al mundo y volviendo al mar. Infinitas reflexiones caen lejos de aquí, y zigzaguean hasta llegar a este piano que estoy escribiendo con sus notas por tocar. No hay vacío entre mar y cielo... el mismo vacío es la forma de un piano que llora notas desde el cielo dejándolas interpretar en nuestros pies y oídos, dejándolas volar y chocar.

Espeluznante belleza recorre sentidos latientes de brisas calientes que recogen su elegancia y se recogen y abrazan junto a una gélida y ártica brisa, una brisa de norte junto a una de sur, tal es su abrazo, tal es su amor, que suben y suben, y dan vueltas sobre sí. Dios mío, tanto amor explota álgidamente sobre todo un universo de vientos devastados por su propia fuerza. Se abrazan irguiendo sobre si la fuerza más destructora i más bonita del mundo.

Un amor que desgarra notas del cielo y de la tierra, las sube, las abraza tanto que las destruye, un amor tan movido que mueve todo lo que tiene al lado, un amor tan grande que todo el mundo lo ve, un amor tan... TAN GRANDE! Qué es querer si no es querer con tanta locura, como un huracán... como los vientos fríos y los vientos calientes se quieren. Y rayos rodean todas las miradas! Y violines vuelcan sobre todos los vientos! Y besos destrozan todo ser vivo al lado de este amor tan oscuro, tan vil! Tan grande, tan bonito! Y tal es su poder que hacen soñar a cualquiera que simplemente se acerque, y vea un amor tan y tan esplendido... es una gran orquestra, una gran guerra! Una inmensa guerra donde las peores armas se convierten en vientos, en besos, en caricias, en miradas, en música, en volar... estruendosos rayos atraviesan tales armas letales convirtiéndolo todo en un gran cúmulo de sensualidad resplandeciente, erigiéndose sobre todo un planeta, toda una atmósfera. Terrores despiertan entre resplandor y resplandor, agitando sus suspiros enamorados sobre la devastación de lo que antes era algo, llevándose con sigo peces y imponentes olas, entre un millar de cosas más. Locos, locos por el amor, y qué podemos decir? Dejad que se quieran! Dejad que se besen! Se abrazan se besan se envuelven se recogen se alzan se despiertan y se duermen no se cansan no tienen piedad no tienen miedo no tienen nada menos amor. Vaya una guerra inmensa! Reflejos celestiales comienzan a hacer las paces...

Amores ventosos... y se van apagando, poco a poco dejan de abrazarse, sus garras dejan ver el sol y dejan respirar al mar, poco a poco se van con una falsa voluntad de irse. Tanto se quisieron... Rayos de sol abren brechas entre nubes, antes amenazadoras, y abrazan otra vez al queridísimo mar. Vuelven a formar su instrumento y entre sí las cuerdas más bonitas del mundo, por donde tocan pájaros, misterios, barcos, aviones, vientos, palabras y infinidad de cosas.  



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