olvido

 Gritan los recuerdos... Gritan, quieren salir, necesitan ser recordados, te hacen soñar en ellos y empujan hasta que digas “anda!” dándoles un mínimo de respeto...

Cada día mueren miles de personas... pero lo que es peor, o no, es que se olvidan aun más. Vale la pena que se olviden de ti? Pues bueno una vez muerto la verdad es que no debería importarte mucho, pero... es mantener tu espíritu, una extensión dentro de otras cabezas. Es cuando mueres cuando “descubres” quien se ha dejado impregnar por ti.

Olvidar... las cosas una vez recordadas te sangra en la cabeza, derramando sangre en tus palabras, hasta que llega el día que la idea, la esencia del recuerdo, se te queda muerta entre muchas otras: una luz al fondo de la habitación que cada vez se va apagando más. Otras se mueren con tigo. Y otras no... otras forman parte de ti, otras dentro de ti crecen y crecen hasta hacerte más grande, y estas mismas las transmites tu a otras personas y a ellos no se les olvida y así sucesivamente: una luz que resiste y sale fuera de ti iluminando a otros a ver mejor.

Había un barrendero que daba vueltas por Barcelona barriendo. Barría fantásticamente, era un genio, barriendo era casi mejor que Beethoven en música. Pero este hombre nunca fue recordado. Al mismo hombre le dieron el premio novel de la paz, por motivos que no explicaré, y hizo millares de donaciones, todo y su pobreza, para ayudar a sobrevivir a otra gente. Nunca fue recordado. En cambio Hitler, Franco y Mussolini, independientemente de que sean personajes históricos, son mucho más recordados que el barrendero. Es triste saber que las personas mediocres son menos consideradas que las malas personas...