En este mundo hay infinitas (literalmente) maneras de pensar e infinitas situaciones en las que te puedes encontrar. Muchos piensan que su manera de pensar es la correcta, pero no es así, no hay una manera concreta para pensar bien.
Uno de los objetivos en esta vida es encontrarse a si mismo, encontrar su personalidad, su manera de ser, su criterio. A medida que conocemos el mundo y adquirimos experiencia vamos construyendo una serie de leyes que marcarán nuestro criterio y nuestra manera de actuar. Kant lo explica mejor...
Pero hasta aquí esto es deducible. La gente sabe que no hay una manera concreta y buena para pensar, pero hay una cosa que no sabe: no hay criterios malos ni buenos. No los hay, no hay más, no se puede saber si está bien o mal un criterio; aun así hay una cosa que sí que sabemos, y es si realmente es un criterio, si las leyes de ese criterio tienen sentido, si son aplicables en ciertas situaciones.
Criterio con sentido: Estamos en guerra, es peligroso ir al colegio, no voy.
Criterio sin sentido: Esta persona es del PP, dice que mañana lloverá, los del PP no dicen la verdad, por lo tanto, no es verdad.
La conexión del sin sentido no tiene, precisamente, sentido. (Pongo ejemplo del PP, pero podría poner cualquier partido político, ya que siempre se basan en que ellos tienen razón y los otros no, pase lo que pase)
No hay comentarios:
Publicar un comentario