Nos imaginamos en el futuro de muchas maneras. De muchísimas maneras. Siempre con algunas obligaciones y con algunas responsabilidades, con un trabajo, con una casa, con un coche... pero siempre con un hijo. “Yo a mi hijo le enseñaría a...”, es una frase muy común.
Imaginaos por un momento un futuro sin hijos. Verdad que es la primera vez que lo hacéis? Vuestra vida sería radicalmente diferente, o nuestra más bien... Cambiaría absolutamente todo.
No tener que pagar por las chucherías, ni la escuela, ni la moto, ni las clases de repaso, ni un dinerito cada semana. No tener que gastar tiempo cuando se pone a gritar como un crío llamándote la atención, no tener que ir a verle/la en los partidos interminables de futbol, ni acompañándole en fiestas de cumpleaños. No tendrías que preocuparte por él, no tendrías que hacerle la charla del sexo y del preservativo, ni de las drogas y fumar y beber, ni de los estudios y los exámenes. Tendrías más dinero, más tiempo libre, más espacio y aire, menos preocupaciones... aun así... qué es lo que pasa? Porque nos duele leer estas palabras? Pues porque (no todos lógicamente...) lo queremos, lo queremos aunque tengamos que pasar por todo ese percal.
Porque lo queremos? Será por un impulso que nos da la naturaleza para asegurar la reproducción? Será unas ansias de poblar nuestra soledad? Compartir? Tener descendencia para no quedar en el olvido (excusa barata e inútil... ¿no?, quiero decir, de todas formas se quedaría uno en el olvido)? Para fortalecer una relación con una mujer? Para hacerle hacer lo que tú nunca pudiste hacer? Para tenerlo de adorno? Para asegurar un futuro a la familia? Para trabajar? Para qué?
Imaginaos por un momento un futuro sin hijos. Verdad que es la primera vez que lo hacéis? Vuestra vida sería radicalmente diferente, o nuestra más bien... Cambiaría absolutamente todo.
No tener que pagar por las chucherías, ni la escuela, ni la moto, ni las clases de repaso, ni un dinerito cada semana. No tener que gastar tiempo cuando se pone a gritar como un crío llamándote la atención, no tener que ir a verle/la en los partidos interminables de futbol, ni acompañándole en fiestas de cumpleaños. No tendrías que preocuparte por él, no tendrías que hacerle la charla del sexo y del preservativo, ni de las drogas y fumar y beber, ni de los estudios y los exámenes. Tendrías más dinero, más tiempo libre, más espacio y aire, menos preocupaciones... aun así... qué es lo que pasa? Porque nos duele leer estas palabras? Pues porque (no todos lógicamente...) lo queremos, lo queremos aunque tengamos que pasar por todo ese percal.
Porque lo queremos? Será por un impulso que nos da la naturaleza para asegurar la reproducción? Será unas ansias de poblar nuestra soledad? Compartir? Tener descendencia para no quedar en el olvido (excusa barata e inútil... ¿no?, quiero decir, de todas formas se quedaría uno en el olvido)? Para fortalecer una relación con una mujer? Para hacerle hacer lo que tú nunca pudiste hacer? Para tenerlo de adorno? Para asegurar un futuro a la familia? Para trabajar? Para qué?
Para quererle, compartir tus emociones, para guiar una persona nueva todo un recorrido por la vida, para incluso aprender, para tener nuevas experiencias, para darle un giro a tu vida, para sentir un vínculo nuevo, para sentir amor, para tener algo más por lo que sacrificarse, para sentirse el protector e incluso para tener dominio, para poder ayudarle e incluso castigarle, tener un motivo por el qual vivir y luchar hasta la muerte, para saber que alguien te querrá, para hacer una persona increíble y especial (desde tu punto de vista, claro...), para tener un nuevo futuro, para fijar un poco tu vida, para sentir el calor de unos brazos llenos de aprecio rodearte el cuello, para sonreír algunas noches pensando en la obra de arte que has creado. Hay tantos motivos para tenerlos...
(tener un perro en cierto modo es semejante, solo que menos decisivo y radical. Mucha gente que de una manera o otra se les ha muerto el niño, o gente que siempre ha querido un niño, se acaban comprando un perro para “substituirlo”)
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