Inútil i importante

Pequeños ensayos importantes e inútiles del día a día que invitan a pequeñas o grandes reflexiones. Aquí es donde después de cuidar mis ideas las entierro.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Texto abstracto VII


Mi conciencia baila por estaciones. Pues me entra sueño… bostezo y dejo ir todo el sueño que me hiciste imaginar… ¿es bueno soñar? Tanto me has hecho soñar que mis párpados bajan hipnotizados por mis malditas pasiones y deseos mortificados por mis palabras locuaces e irascibles por la ofuscada desfachatez de… sentir deseo. Pues las picardías musicales siempre son bienvenidas.
El sol se enciende, corre hacia mí, me lame la mano y juega con la pelota. Hay momentos… que no se pueden dejar escapar, si Dios no estuviera muerto lo consideraría pecado.

 Mi efusión de colores, lamentos y sollozos llenos de.. DE TI! Bailan acompañados de cuadros pintados por los nobles sentimientos que me despiertan los instrumentos. Cada nota me pregunto… ¿y cuantas páginas deben quedar? Pues después de pasearme con ilustres del siglo XVIII, pasearme por la edad media, por guerras, tormentas, mundos imaginarios llenos de otros mundos, después de pasearme por la inmensidad de la imaginación, he visto que… existe una última página. Letras paulatinamente escritas caen… y caen por mis ojos. Dime ¿me lees? Claro que me lees, pero dilo en voz alta! Di que… todo esto es un texto abstracto:

Comienzan las letras negras escritas entre blanco papel y rojo fuego paseándose por el hambre de un bicho colgado de la pared, entonces la locura gira entorno un tic nervioso que se llama latir el corazón que todo y ser correcto sonríe (con un poco de maldad)  mientras llora todos esos días apuntando palabras locuaces guardadas en una pecera con peces muertos, algunos muriéndose. Y… ah! Los puñeteros pulmones negros de asco te tosen en la cara y respiras su aire irascible mientras te das cuenta de cuando cuentas la cuenta no cuadra nada. Pero ya es tarde, pagas lo que puedes y el resto… lo escribes. Mientras escribo, la noche se enciende y juega con el sol y con la pelota, el sol es más grande y potente mientras la noche tiene unas mandíbulas más fuertes, pero lo que cuenta es que ellos no escriben, no ven una última página; pues la noche aunque se pelee con las nubes misteriosas,  para nada intransigentes, de vez en cuando… se quieren eso es lo que cuenta. Dos perros y un gato, colgados de una pared sonriendo y jugando, pues… fíjate, no somos tan diferentes. Siguen pasando los días, y yo tengo hambre… la música… la música… necios… me encantaría ser uno de ellos, ellos no se dan cuenta de que no somos infinitos… la muerte nos espera con hambre, pues el tiempo lo controla todo, y sobretodo controla los signos de puntuación de un pobre texto enterrado ahora es cosa vuestra ponerle tiempo una vez me dijeron de una persona que no creía en las comas para dejar respirar al lector cuando quisiera pues yo no creo en el tiempo el tiempo marca mi puntuación marca mi vida mi música mi continuidad en este… en este bicho colgado del techo. Me están mordiendo el corazón sin acabar de matarme, pero me encanta.

E aquí la última página de una vida corta, la de un texto y la de su entierro. Sol, noche, nube, tú, yo, ella, él y el bicho colgando del techo. Esto es un texto relatado por de todo menos un idiota lleno de ruido y furia, solo palabras gritadas por… ¿Un papel? Es igual… gritadas con amor.


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