Inútil i importante

Pequeños ensayos importantes e inútiles del día a día que invitan a pequeñas o grandes reflexiones. Aquí es donde después de cuidar mis ideas las entierro.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El sentido de la vida


Muchas noches me he preguntado qué sentido tiene vivir, pero siempre acabo reflexionando sobre qué motivos tengo para vivir (o para morir, afortunadamente tengo muchos más para vivir) y no es lo mismo, es mucho más complicado, es un mundo detrás de las nubes sin haberlo visto antes: este texto es un intento de pequeño relámpago iluminando como mínimo las nubes y como máximo un poquitín de superficie.

Puede que el sentido de la vida esté en hacer alguna cosa, en buscar algo, en ser algo. Puede que el sentido de la vida esté en buscar, precisamente e irónicamente, el sentido de la vida. ¿Y si el sentido de la vida consiste en buscar algún motivo por el cual vivir? Bien, aquí mi respuesta: Se puede vivir por todas esas cosas que tienen misterio, todas esas cosas que nunca se acaban de dejar explicar (arte, amor, la misma vida, etc.), se puede vivir por miedo a la muerte (al olvido, al dolor, etc.),  donde por muy desgastadas que tenga la suelas de los zapatos o por muchos coches de lujo que tenga peón y rey vuelven a la misma caja, también se puede vivir para ayudar a otras personas a vivir mejor, vivir por unas ideas… Bien, se puede vivir por muchos motivos, pero… ¿y los motivos para morir? Deberían formar parte del sentido de la vida. Morir por curiosidad (una tontería) para ver cómo es la muerte o lo que sea, morir por una idea, morir… hay menos motivos para morir, menos motivos para crear esta fuente que ignora el egoísmo humano de no dejar vivir a otro y de continuar tú paseándote por aquí. Creo que alguien que no tiene algún motivo por el cual morir no es digno de vivir.

Otra cuestión que abarca el sentido de la vida es ¿qué es vivir? Ser nosotros mismos, somos plantas destinadas a florecer e incluso dar fruto. Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir  y no dormir sin soñar.  Descansar, es empezar a morir. No importan los años de vida si no la vida de los años. La vida es eso que pasa mientras nosotros realizamos nuestros planes. Y repito por sobre de todo, vivir es más que existir. La mayoría de gente solo existe. Tan corta que es que cuando comienzas a saber de qué va ya te estás muriendo… no te la tomes demasiado enserio que no saldrás vivo de ella.

Me acabo de dar cuenta de una cosa… Para ver bien alguna cosa se necesita un mínimo de distancia. Hasta ahora he descrito lo más cercano a lo que uno siente que se puede estar. No puedo alejarme de la muerte, pues a pesar de que te acompaña a todas partes no la he visto nunca, pero me alejaré de la vida.

Veo la vida y veo un principio y un final y puede que un nuevo comienzo, veo el universo y veo un principio y un final (si algunas teorías son ciertas) y puede que un nuevo comienzo. Pero me alejo más y me doy cuenta de que… lo más normal en todas partes en todo momento es estar muerto y no estar vivo. La pobre vida es una anomalía, un privilegio para unos (para otros no tanto), somos una enfermedad luchando contra el tiempo. Del polvo salimos y al polvo vamos. ¿Y si el sentido de la vida es morir? Debería ser lo que más sentido tiene.  Sin la muerte la vida no tendría sentido, entonces la pregunta es… si la muerte da sentido a la vida ¿qué tiene que ver la muerte con el sentido de la vida? Mucha gente ve la vida como una cosa lineal encima de otra línea con un principio y un fin que no significa nada, yo lo veo como un círculo. Comienza el círculo y hasta que no se cierra (hasta que no muere la persona) no tiene sentido el círculo. Las cosas infinitas no tienen sentido. Los griegos consideraban que las cosas solo podían ser y existir si tenían sus límites, sus delimitaciones, incluso los dioses tienen su limitación (el hecho de nacer ya es una limitación, todo lo que venía antes del nacimiento se lo han perdido, lo suyo es un círculo que nunca se acaba… el tema de los dioses griegos tiene mucho de sí, así que mejor no me enrollo).

Cada vez lo veo más claro, esto es una guerra. Somos una enfermedad, muy frágil, pero que cada vez tiene más fuerza. Somos una resistencia para derrotar a nuestro padre: la muerte. Puede que sí, ¡el sentido de la vida es morir! Pero ¿por qué debería seguir los consejos de mi padre? La muerte nos quiere muertos, y no hablo de mi egoísmo por sobrevivir, hablo de la vida en general. La muerte quiere que todo se apague y se vuelva oscuro, frío y de piedra, mientras que nosotros cada vez queremos más hacer lo contrario. Vaya… entonces hay dos preguntas a responder: ¿Qué sentido tiene la vida de uno mismo? ¿Qué sentido tiene la vida en general? Supongo que hablaba todo el rato de la vida en general y en parte la de uno mismo. Como iba diciendo esto es una guerra. Nosotros, una parte extremadamente y exageradamente minúscula dentro de lo que abarca la muerte y el universo, poco a poco vamos ampliando nuestras fronteras, sabemos utilizar la vida y eso es justo lo que la muerte no se esperaba. ¡Vamos a acabar con el padre que devoraba a sus hijos (supongo que todo el mundo entiende que no hablo de una persona eterna, sino de vivir, poder existir durante un tiempo, dejar el sitio a otro y que este continúe viviendo por ti)! Vamos a poblar de vida (responsablemente por favor) todo el cuerpo de nuestro oponente. Somos un virus, y tenemos el chip de supervivencia que nos obliga a querer sobrevivir, todos nacemos y queremos vivir todo el tiempo posible. La naturaleza es sabia y nos mata, pero se asegura de que haya otros que ocupen nuestro lugar para continuar la ofensiva. Puede que nuestro objetivo será asegurarse de que la vida no desaparecerá, como buenos virus que somos. Yo seguiré luchando, por una vida mejor. A partir de aquí podéis seguir pensando vosotros, me vuelvo al sentido de la vida de un individuo.

El sentido de nuestra vida (de cada uno) se puede descubrir, puede que se pueda (o no…) pero no se puede inventar, que nadie se engañe y quiera darse el sentido a su vida que más bien le vaya, o el que más le gustaría. El sentido a nuestra vida es eso que nos llena ese gran y profundo hueco: el sentimiento vacío que nada lo parece llenar aunque alcancemos nuestras metas de riquezas, relaciones, placer, etc. Entonces volvemos al principio. ¿Y si el sentido de la vida consiste en encontrar el sentido (personal) a la vida? El sentido a la vida lo hace uno día a día poco a poco, con 17 años yo es IMPOSIBLE que lo sepa. A una persona le persigue el sentido de la vida y lo más normal es que la gente muera sin verlo a los ojos, todos lo hemos visto de reojo, pero a veces no hemos querido mirar, a veces se escapa. Es muy difícil de ver, y muy difícil de “consolidar”. El sentido a la vida se crea por si solo poco a poco, igual que surgen preguntas a medida que vamos creciendo. Y lo más probable es que no lo sepamos hasta que seamos bastante mayores. Es la vida lo que te da sentido a ti, no es que tú le des sentido a la vida, no le puedes dar el sentido que quieras, solo el que has ido construyendo con los años.

El sentido a todo es un misterio para ser resuelto, pero por encima de todo es un misterio para ser vivido.

Todo y hablar con oraciones afirmativas, no sé si lo que digo es cierto o no, como he dicho es un relámpago que intenta iluminar el máximo posible. Estoy agradecido incluso de que me lleven la contraria para ver que otras posibilidades hay.



lunes, 19 de septiembre de 2011

Pregunta 2

¿Qué sentido tiene la vida?

Es una pregunta que sinceramente... no dan ganas de pensarla, no solo por la decepción que nos podemos llevar, sino porque nos podemos pasar años preguntándonos el sentido de la vida.

Puede que el sentido de la vida sea buscar el sentido de la vida.

Cumpleaños


Hoy toda la gente que me conoce me felicita. Ahora bien… no sé exactamente porqué. ¿Es por dar 17 vueltas al sol encima de la tierra? ¿Es por haber sobrevivido 17 años? ¿Para recordarme que me quedan menos años de vida, o para recordarme que efectivamente llevo 6205 días paseándome por aquí?

Para mí, los cumpleaños son una excusa… pero una de las más bonitas de todas: desear algo bueno, un buen tiempo, un “me acuerdo de ti”, porque sí (no todos claro...).




sábado, 17 de septiembre de 2011

Los ángeles están cansados


El sol despierta, con tristeza lo miramos y nos decimos –algún día desaparecerá-. La muerte se ríe y con amargura lo miramos y nos decimos –algún día me llevará.

Pero… los ángeles se cansan, día a día, de las lágrimas gastadas que ya no saben llorar. La eternidad se ríe y con amargura los hace olvidar lo que realmente importa, los dioses nos miran y nos tienen envidia. Pocas cosas importan en esta vida, entre ellas amar.

Olvidan a llorar y el ruido los invade. Palabras de un artista crean este escenario donde ellos salen insípidos y nos miran con envidia, pero ya estaban allí antes de escribirlos. El ruido ya llora y adora eso que no tiene, ama eso que no tiene igual que nosotros, quiere su música perdida entre todo el ruido que llora. El ruido, los ángeles, es perfecto por todo menos por un motivo: no sienten, se han olvidado, y esa es su música.

Y el pobre ruido… el pobre ángel… nos mira sonríe y triste se va, con amor olvidado nos besa y nos abraza, pero no se acuerda del calor con el que nació. No tiene nada, pero él es mucho, mira las cosas bellas pero no se acuerda de belleza, eternidad ensuciada, amor caído, los dioses nos miran y nos tienen envidia, ya escribo y de amor me caigo, el río fluye y el ocaso se acerca, pero para ellos el río insípido no riega los árboles ni acaricia las piedras, el tiempo no se acaba y yo… creo lo imposible pero nunca lo improbable, te miro querido ángel y te abrazo…¿Qué puedo hacer para que te mueras por mí? ¿Qué puedo hacer para que me quieras?


viernes, 16 de septiembre de 2011

El cuerpo y su funcionamiento


El cuerpo está hecho para funcionar. Parece lógico ¿verdad? Pero ¾ de los humanos de este planeta no hacen funcionar bien el cuerpo.

Hacerlo funcionar, para que no se oxide entre otras cosas, no equivale a comer 5 frutas al día, que si la dieta y todo eso. Cuando se hace funcionar el cuerpo es cuando se hace ejercicio y después se come bien. Y después de hacer eso sentirás el placer de haber hecho funcionar lo que es tuyo. El cuerpo está preparado para una serie de cosas, i cumplir estas cosas hace uno sentirte mejor.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Silencio y palabras





Estoy hartísimo. Huyo despacio de las tentaciones para que me atrapen… Pero no me atrapan! ¿Impotencia? ¿Derrota? Qué puñetas será… me está comiendo por dentro y cada vez tengo más miedo pero… es inútil si lo digo! ES INÚTIL DECIR QUE LO TENGO, porque si lo digo todo mi miedo deja de tener sentido… miedo a… ¿Debería decirlo?

Las palabras… las traicioneras palabras… me pierdo en ellas, nunca confiéis en una palabra. No sé a qué tengo miedo, eso es lo que más me asusta. ¿Miedo a las palabras? Puede que sí: nunca seré capaz de describir lo que… cuantos puntos suspensivos… ¿Cuánto puede aguantar un …? Estoy harto de buscar las palabras correctas, pues nunca podrían llegar a decirte lo mucho que… así que dejo a mí querido lector QUE LAS PONGA ÉL, HOMBRE.

Esto, esto es la …  Una larga muerte. Me muero por … Maldita sea, cuánto tendré que esperar para reconocer que NO HAY MANERA de dejar de tener miedo y aún menos de … maldita sea. ¿Debería decirlo? ¿Se deberían decir las cosas? Esconderse… PUES MIRA, no puedo. Y supongo que me encantaría decir que soy la persona que más sufre en este mundo y todo ese royo aun sabiendo que no será verdad, pero, querido lector… se acerca un poco de esperanza igual que se aleja… un poquitín de esperanza… todo es posible, no? AUN ASÍ estoy harto, os explicaré como pueda con mis palabras, las palabras de un creador, LO HARTO QUE ESTOY:

Palabras traicioneras, no tenéis ni idea, no SABÉIS NADA, maldita sea. Vosotras que deberíais estar calladas, habláis y habláis, y este texto es un puro ejemplo, habláis sin decir lo que realmente sois. Y vuestra esencia? Aquí: Traiciones de piedra se esconden debajo de tu piel, pues de piedra estoy hecho yo, y me quejo de lo que nunca supiste decir. Malditas palabras, lector ayúdame: Te …, no puedo …, quiero … toda … …, quiero … el …, … necesito y… no … evitarlo ¿No … o no …? Ayúdame, por dios, te … ¡te…! Como quieres que te lo diga? TE …! Lloraría tu … y lo describiría por las …, sueño con … y lunas plateadas, es un … total y triste. Puede que las palabras no sean más poderosas que el silencio.

He aquí la esencia de lo que siento por ti, y de mis palabras, y de las tuyas: el silencio. No soy un imbécil, pero sí una sombra en marcha con ruido y furia entre palabras.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Una teoría y "nosotros"


Tengo la sensación de que todo eso a lo que le presto una buena atención, me gusta y tiene cualidades me transmite una semejanza a la misma cosa. Por ejemplo, al escuchar música de Mozart me transmite una serie de cosas que se me quedan en mí, y me hacen parecer a su música. Cuando en el piano toco algo muy alegre acabo saltando y estando yo mismo alegre, si es triste lo mismo pero al revés o filosófico, nihilista o lo que sea. A cada libro que leo, mi mente coge lo que más le gusta y lo convierte en suyo. Cada cuadro que veo me hace ver la realidad con alguna cualidad nueva. Siempre y cuando le dedico buena parte de mis pensamientos y tiempo. Por lo tanto eso supone que un rapero cuanto más rap escuche más rapero será, que alguien que siempre escuche música clásica será aun más "clásico" y así con todo, no solo en música, cuantos más libros de aventuras uno lea más aventurero será.

La teoría es que a todo lo que le prestes atención te transmite unas cualidades que adoptas involuntariamente. En realidad esta es una teoría generalizada de otra teoría, precisamente basada en la música de Mozart. Esta teoría dice que si escuchas cada día la misma pieza de Mozart (Sonata k 448 1r movimiento) durante 6 meses el coeficiente intelectual de un estudiante aumenta 10 puntos aproximadamente. En vez de concretar dentro del poder de la música y de los oídos, que es casi infinito, yo he intentado aplicar la teoría a toda la vida en general. Al prestar siempre atención a una cosa, esa cosa acaba formando parte de ti involuntariamente.


Es curioso que sea involuntariamente, me hace pensar que es nuestro celebro el que nos controla… es decir, que nuestra mente funciona sola y nosotros la enfocamos hacia donde queramos… ¿puede ser? Es difícil… está claro que nosotros somos nuestra propia mente pero nuestra mente no acaba de ser totalmente controlada por nuestra mente, por nosotros, entonces… si nosotros no acabamos de ser nosotros… ¿a qué nos referimos cuando hablamos de nosotros mismos? la prueba de que no puedes controlar a tu mente está en que, menos justo antes de dormir y mientras duermes, no puedes “no pensar” durante 1 minuto ni mucho menos, no puedes parar de pensar. Puede que sí que puedas involuntariamente, pero no es voluntario, lector: intenta concéntrate y no pensar en nada. No se puede hacer voluntariamente.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Miedo a perder las cosas


A veces lo que nos hace apreciar las cosas es el miedo a perderlas. A veces simplemente quieres una cosa porque tienes miedo a perderla. El miedo mueve a la gente.

Pero, para comenzar, las cosas se deberían coger, disfrutar y dejar. El gran ejemplo es la vida: se tiene que nacer, disfrutar y morir, y en este caso el egoísmo humano no puede impedir nada. Pero aunque no lo dejemos… ¿Cómo vamos a disfrutar de las cosas si tenemos miedo?

Puede que la manera perfecta para disfrutar de los momentos, de los objetos, de las personas y de todo en general sea olvidándote de que no hay manera de tenerlos para siempre: todo se pierde. Es más, el pensamiento de la modernidad tiene precisamente este problema: lo perdemos todo. Cuando pensamos lo hacemos como si fuéramos infinitos… realmente  es una de las pocas formas de pensar (si no crees en Dios).

Empezar de nuevo



Se me ha borrado todo lo que tenía en el portátil, me han cambiado el disco duro. Entonces he experimentado un profundo sentimiento de… insatisfacción, lejanía, desagrado, miedo, pereza, como si ya no fuera mi portátil. Y esto me sonaba.

Esta mezcla de sentimientos tenía reflejos de ver otra vez algo nuevo con lo que te habías peleado durante meses. Perder el esfuerzo de meses. Pero al empezar de nuevo me he dado cuenta de lo mucho que he aprendido respecto al ordenador. Esto se puede aplicar a cualquier cosa. Es un rollo volver a hacer una cosa que ya has hecho, pero te das cuenta de todo el esfuerzo que has hecho para conseguir algo.

Esto ensayo no me parece demasiado bueno, pero hay cosas curiosas que aunque sean evidentes nos gustan decirlas, como para sentirse acompañados de otros diciendo “eh! A mí también me ha pasado”.

Podríamos


Al fin y al cabo, podrías...



Nuestra vida... tu vida, mi vida. Las tres unidas de una manera extraña por el mismo cuento. Unas sombras en marcha... un par de malos actores que se pavonean y se agitan una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de ellos; eso es la vida: una obra de arte imposible de interpretar bien. No tengas miedo por si te sale mal, no puedes hacerlo bien, así que sal al escenario, equivócate y disfruta.

Cuantos sueños deshilvanados hemos sido capaces de satisfacer? Muchos... pero siguen siendo pocos. Y cada sueño, cada ilusión, cada pieza a nuestra vida, se para el tiempo... como si el tiempo no pasara y no estuviéramos en ninguna parte, simplemente juntos y perdidos, pues hay poca cosa más a desear.

Me llevaste en el mundo de los deseos, y allí me dejaste. A un ensombrecido y curioso corazón de llantos y suspiros anhelados y plateados. Esa es la Luna, ella es quien por las noches me baña en plata pálida, me ilumina, y escucha los suspiros de los deseos que me dejaste. Los deseos de esa belleza extraña... la ternura de esas sonrisas angelicales... son ellas quien lagrimosamente caen por mis bolígrafos, mi música, por este texto, y por todos los silencios que me haces interpretar. Pues no es más que un escenario donde puedo apreciar tu musical amistad sorda silenciosamente ignota. Es en un escenario donde tus ojos petrifican mis ansias de luchar por algo, por congelar la realidad, supongo. Un escenario donde sería capaz de encender el mundo entero para conseguir una pequeña flama en tus ojos, minúscula flama mía, dentro de ti. 



El telón se abre, tu música ya suena; los dioses te miran y te tienen envidia; mis ojos se mueren, mis palabras se cortan y el público te mira sin saber como aplaudir, yo les grito –Curiosos, mirad, es todo lo que hay! Más de lo que podáis soñar!- el deseo se ahoga, mis sueños caen, mis deshilvanados sueños, pues tú eres su luz, también la mía, tú los alimentas, día a día, como un girasol; junto al deseo y mis sueños, te espero sonrisa a sonrisa para hacer fortuna en mis oníricos placeres.

Podrías... coger todos esos latidos evaporados que desprendes al atacar la privacidad de ese gran dragón temible del que poca gente desafortunada se escapa.

Me dejas mirando las estrellas cada noche, y me haces escribir locuaces letras pero… qué difícil es describirte esta sensación tan extraña que me empuja hacia ti! Irascibilidad de cada suspiro que no te dedico sulfura y ofusca los llantos mortificados que caen encima de este papel impotente por la desfachatez de tener miedo… perdóname por no ser procaz, pues no quiero que me entiendas, simplemente quiero que leas el sofocamiento colérico del taciturno ardor que siento con entereza por mis palabras altaneras, magnánimas, las cuales resultan en oprobio por el miedo a decir lo que me dicen tus cáusticas sonrisas, por muy hercúleo o cobardes que mis tercas palabras son o parecen, pues el desquicio que me produce decirte que todas estas palabras solo acabarán siendo una caterva para ti, es lo que me hace hacer este atadijo de palabras ofuscadas y complicadas que cohíben con mi pululoso amor recio.

 



Podrías...?

Otra vez... es cuando sueño cuando veo claro. Luchas entre azules entre sol y cielo, rojos anaranjados aterrizan al ataque a las insípidas e intransigentes nubes y oscuros violetas atormentan lejos, aun, de aquí. Pero eso da igual. Hipnotizado por una partitura, una sombra en marcha, una sonrisa, una rosa carnosa, una actriz, una palabra bailando en este temeroso escenario y haciéndolo bonito y tranquilo, mucho antes de que se cierre el telón,  me doy cuenta de que podrías ser mía y yo podría ser tuyo.