Latidos durmientes

He hecho un texto dormido, para ti, arrancando un trozo de buena mañana y congelándolo aquí en blanco y negro con un bolígrafo lleno de frescos suspiros. Donde tus cabellos son como chispas llenas de deseos.

Coge estas palabras que viven de sueño, retenlas con un bostezo y léelas cuando duermas. Entonces navegaremos los dos sobre notas de otros mundos. Donde tu sonrisa es como la tranquilidad de un silencio musical. Te quiero sobre una barca empujada hacia la Luna; blanca, despreocupada, sincera y desnuda; te deseo llena de emociones ardientes y anhelo. Donde puedo ver tus ojos tan intensos como las estrellas.

Mi noche está tejida de latidos durmientes, mi mañana se ha tejido con dulces sueños, mi amor día a día se teje de locura, es así como amo. Es una locura amar, a menos que se ame con locura. Donde tu piel es la forma física del talento.

Sigue siguiendo estos versos soñados con aliento a corazón herido, me arrastran con sus bellas palabras y me devuelven al sueño. Antes déjame oírte tocar el violín lleno de amor, como un dulce suspiro, libre de miradas, sin temor. Donde tus labios mariposean la pasión a la que me has sometido. Déjame mirar tu cuerpo entero de una perfección poética in esquivable. Volvamos a mirarnos otra vez y sonriamos, otra vez, en un sueño latiente. Donde has ofendido la privacidad del latido de mi corazón. Es cuando sueño que veo claro.