Colisionando contra la infinidad, me pierdo… sé que eres mi
perdición, en ti se acaba fundiendo todo. Puede que no importe lo que diga,
pero sí cómo te lo digo. Así como consumiente fuego que soy, te dedico mis
cenizas: Solo noches y sueños. Solo sabré vivir cuando las Noches no pueda
dormir Y cuando tenga Sueños por los que morir. Es todo una continua
guerra contra las luces que esperan, contra las que se apagan y contra las que
soñamos.
Nuestros relojes podrían luchar juntos, fundirse.
Uno aprende a luchar cuando no le falta ni le sobra tiempo, sino cuando en una
hora encuentra lo infinito, i cuando la palma de la mano puede atrapar el
universo entero. Uno aprende a vivir, o luchar (como quieras), cuando no sabe
nada, cuando le duele la cabeza, cuando sabe escribir en la oscuridad, con los
ojos cerrados, en medio de la noche, cuando escribe letras sobre otras letras.
Solo se aprende a vivir soñando. Luces por esperar, otras por apagar, otras por
soñar, todas chocando contra la infinidad, todas esperando a que se acabe el
día para acurrucarse a mí sin más.
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