Horrible confesión

No sabías nada. Creías que sabía todo lo que pasaba en tus ojos, y yo te lo dije, acerté, pero yo solo describí lo que le pasaba a los míos. Es un arrepentimiento de algo que nunca hice.

Me miras, te miro, sonrío mientras un espejo se refleja en mí. Me quieres? TE QUIERO!, y ese gran dragón temible vuela por mi pecho deseando sacar fuego. No es que no quiera... es que no puedo. Pues el tiempo se para con un nudo en la garganta y la Luna se esconde, el sol nos mira con amabilidad calurosa, me miras te miro sonríes sonrío no me besas yo tampoco silencio en mi boca rugiendo en mis labios escondidos con la Luna, es ella quien sueña por las noches que te iluminan tus besos. El tiempo se para nos miramos sonreímos y ahora soñamos juntos en todos los sueños que no hemos cumplido, soñemos y soñemos pues no hay otra cosa que hacer, mis labios te sueñan mis orejas te oyen, cantas y cantas, ni bien ni mal, me da igual, es tu voz es mi amor, pues toco el piano soñando en ti es lo único que puedo hacer, mientras tu voz me sueña a menos de 1 metro de mí. Es lo único que sabemos hacer? Espero que no... pues yo quiero mucho más que soñar.

Te abrazo te sueño te pido te QUIERO. No es una carta de amor sino una horrible confesión, ya que no pude decírtelo antes, ¿debería decirlo?. Y ahora es tarde, es tarde para una confesión. Me rindo? NUNCA... lo siento. Tengo miedo, mucho miedo, el miedo me mira yo le miro, le sonrío y me llora. Sus lágrimas me manchan, y escriben todas las dudas que no quiero responder. Cambiarás? Te seguiré gustando? Saldría bien? Me pondría nervioso? Hago bien? Debería hacerlo? Me arrepentiré? Hay muchas preguntas e infinitas respuestas, cuando se acaban vienen las lágrimas de los deseos manchándome en fuego cada noche imaginando tu amor siendo iluminado en plata por la Luna, quien se esconde con tus besos. Tus besos, tus abrazos... me llegan hasta los huesos, pero eso llega a ser incluso poco comparado con lo que manchan las lágrimas, cuanto deseo, cuanta noche y sudor se esconden bajo ellas. Cuando todas estas lágrimas se secan vienen las lágrimas más claras y agrias de todas... las de la realidad... las miro y... me miran, intento sonreír mientras me intentas mirar, tus besos se esconden y los míos... más. Por favor... bésame ya! 

Atentamente: perejil